Elegir con prudencia

Aristóteles, en su Política y en la Ética a Nicómaco, enseña que el hombre es un ser político porque solo en comunidad puede alcanzar la vida buena. Pero esta vida buena no se consigue con promesas vacías ni con ambiciones de poder, sino a través de la virtud y la prudencia.

La prudencia, o phronesis, es la virtud propia del gobernante y del ciudadano responsable. Es la capacidad de discernir lo justo en cada circunstancia concreta, de elegir los medios adecuados para alcanzar el bien común. Sin prudencia, la política se convierte en mera técnica de manipulación o en cálculo electoral, olvidando que la finalidad de la polis es la vida buena.

Para Aristóteles, gobernar es un arte moral. El político no debe ser solo hábil, sino virtuoso; no basta con administrar recursos o redactar leyes, hay que orientar la comunidad hacia el bien. Y el ciudadano, al votar, participa de esa misma responsabilidad: debe ejercitar la prudencia, eligiendo no al que prometa más ventajas inmediatas, sino al que encarne mejor la virtud cívica.

El voto prudente es aquel que piensa en las generaciones futuras, que busca la estabilidad de las instituciones y el florecimiento de la amistad cívica. Con Aristóteles aprendemos que la democracia no se sostiene en encuestas o discursos de ocasión, sino en la virtud cultivada en cada ciudadano. La prudencia, más que el cálculo, es la verdadera brújula de la política.


Santiago del Nuevo Extremo, 27 de Octubre del 2025.

Nota:
Las entregas de Polites News, no son artículos académicos, sino escritos de divulgación para un público general, que no siempre tiene acceso a las discusiones y autores que inspiran muchas de las ideas en boga.

El Autor: Juan Carlos Aguilera P.
Dr. Filosofía y Letras. Universidad de Navarra.
Catedrático de Filosofía. Director de Empresas Familiares.
Fundador del Club Polites.
Contacto: clubpolites@gmail.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio