El peso de la palabra pública

Cicerón, republicano, maestro de la palabra y de la vida cívica, sostuvo que la república se sostiene en la fuerza de la palabra pública. En su obra De officiis recuerda que la verdadera grandeza del político no se mide por el poder que acumula, sino por la rectitud con la que sirve a los demás.

El político, decía Cicerón, debe ser un hombre de palabra en el sentido más pleno. Alguien cuya honestidad inspire confianza y cuya voz represente el bien común.

La corrupción de la palabra – cuando se utiliza para engañar, halagar o manipular– corroe la ciudad desde dentro. En cambio, la palabra verdadera establece vínculos de justicia y amistad cívica.

Para los electores, esta lección es pedagogía política; hay que discernir no solo las promesas, sino el carácter moral de quien habla. No es suficiente que un candidato hable bien; importa que viva conforme a lo que proclama, que su vida respalde su discurso. La coherencia entre palabra y vida es el fundamento de la confianza política.

Por eso, al escuchar los discursos de campaña, conviene recordar la advertencia de Cicerón. Pues, la república se destruye cuando la palabra deja de ser reflejo de la verdad y del deber. Y se fortalece cuando la voz del político se convierte en testimonio de justicia, servicio y virtud cívica.


Santiago del Nuevo Extremo, Noviembre del 2025.

Nota:
Las entregas de Polites News, no son artículos académicos, sino escritos de divulgación para un público general, que no siempre tiene acceso a las discusiones y autores que inspiran muchas de las ideas en boga.

El Autor: Juan Carlos Aguilera P.
Dr. Filosofía y Letras. Universidad de Navarra.
Catedrático de Filosofía. Director de Empresas Familiares.
Fundador del Club Polites.
Contacto: clubpolites@gmail.com

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